viernes, 10 de noviembre de 2017

EMPEZAMOS CON FUERZA!!!

Aquí están los peques del cole iniciándose en el huerto, les encanta.
 El huerto escolar es una estupenda herramienta educativa en la que los pequeños y pequeñas aprenden jugando, experimentando con sus sentidos los colores, sabores y olores del mundo natural que les rodea, a la vez que adquieren conocimientos del medio y aprenden a compartir y trabajar en comunidad.
























¿HABÉIS PENSADO EN SEMBRAR O PLANTAR EN CASA?
Tanto si a tu hijo le gustan las manualidades como si no, seguro que la idea de cultivar en casa le resulta atractiva. 
Con esta actividad se divertirá mucho, aprenderá a respetar la naturaleza y el medio ambiente y se mostrará más predispuesto a comer verduras, al ver lo laborioso que resulta obtenerlas. 
PACIENCIA Y PERSEVERANCIA
También se hará más paciente y perseverante, pues para lograr que las semillas germinen tendrá que cuidarlas de continuo durante un tiempo. 
Estas aptitudes le resultarán muy útiles para sus aprendizajes escolares (lectura, escritura, etc.), pues se adentrará en ellos con ganas y comprometido. 
No pasa nada si alguna planta se os estropea (es normal que os ocurra): así tu pequeño podrá observar “in situ” que las verduras son seres vivos que nacen, crecen y después de un tiempo, o si no se cuidan adecuadamente, mueren. 
Además, esta lección le ayudará a entender por qué debe comer y dormir bien y le hará intuir en qué consiste el ciclo de la vida.
Necesitáis un cajón grande de madera, como los que se emplean para vender la fruta (asegúrate de que no tiene astillas ni clavos), un rastrillo, tierra abonada y semillas. 
Es aconsejable que compréis la tierra y las semillas en una tienda especializada, para aumentar las probabilidades de éxito. 
Una vez que tengáis a mano todo el “kit”, di a tu hijo que llene el cajón de tierra.
A continuación, pídele que haga unos surcos con el rastrillo y que ponga en ellos las semillas o hacer agujero y introducir la planta. En el paquete se indica la cantidad de granos que debéis echar, la separación adecuada entre unos y otros y con cuánta tierra debéis cubrirlos.
El siguiente paso es regar sin anegar. 
Desde entonces, tu pequeño tendrá que vigilar que la tierra de su huerto esté siempre húmeda y si no, regarla un poco, lo que le volverá más responsable. 
Tardará unas semanas en obtener las verduras, pero comerse lo que él mismo ha plantado es un regalo que le satisfará y le subirá el ego. 
¿OS ANIMÁIS?

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